Camino Franco
/Crónica /Mapa /Fotografía

Ha pasado casi un año desde que hice el Camino Francés. Fue mi primer Camino y eso no se olvida fácilmente. Puedo decir que viví todo aquello que un buen novato tiene que experimentar. Me gustaría haber escrito una bitácora como he hecho en el último Camino Buscando el Norte. Pero esa es una de las cosas buenas de las primeras veces, no sabes bien por qué has llegado allí ni qué debes hacer, pero todo te parece maravilloso. Lo que vas a ver aquí es la reflexión en diferido sobre ocho momentos o sentimientos que partiré contigoEsta peregrinación la realicé en un soleado mes de febrero de 2020. También es cierto que no todo fue sol, también encontré nieve en O Cebreiro y lluvia en Galicia. Cometí (gracias a Dios) uno de esos que llaman pecados capitales, que no es ni más ni menos que cambiar de botas a mitad del recorrido. Hay quien dice que el Camino de Santiago es un espejo de la vida misma. Y lo que es más importante: el camino te enseña lo que necesitas saber y no lo que tú quieres aprender. ¿Acaso no es así la vida misma?. Dicho esto, espero que este pequeño reportaje te anime a caminar por esta ruta milenaria. Pero no tengas prisa... el Camino espera por ti.

02/02/2020-13/03/2020

Roncesvalles/Finisterre



Estación Roncesvalles.

Esta foto está sacada desde el tren a la altura de Burgos. Jamás me había montado en un tren para ir a un lugar y comenzar una peregrinación. Las sensaciones son las de emprender algo desconocido y que, sin lugar a dudas, sería una aventura. Tuve que esperar unas 3 horas en Pamplona para coger el autobús a Roncesvalles y allí ya empecé a ver peregrinos por la ciudad. Pensé, "voy a ser uno de ellos en breve" y esa sensación me hacía sentir ilusionado e inseguro a partes iguales. ¿Qué hago aquí? ¿Conseguiré completar este proyecto?.

Roncesvalles es un pequeño pueblo en las montañas de Navarra exclusivamente dedicado al Camino De Santiago. Allí me encontré a los que serían mis compañeros durante media peregrinación. Es curioso ver cómo los prejuicios que tenemos sobre las personas la primera vez que las vemos se vienen abajo rápidamente. No hay prejuicio que resista el conocimiento. A más cercanía más comprensión.



Curando las heridas.

Este es el kit básico cuando comienzas a peregrinar: Betadine, gasas, esparadrapo y tijeras. Uno lleva oyendo mucho tiempo que los que caminan tienen heridas en los pies, así que te haces a ello rápidamente. Era habitual hacer dos o tres paradas obligatorias por etapa para hacer una cura de mis pies maltratados. Quién me iba a decir a mí que esto era algo opcional.

Tardé 500 kilómetros en darme cuenta que el sufrimiento se puede evitar, así que decidí jugármela y cambiar de botas en León. Muchos te dirán que esto no se puede hacer, que las botas hay que domarlas, que te tienes que hacer a ellas. Otra enseñanza más: hay falsos mitos en todo lugar. Debes buscar el calzado que te siente bien y no sentirse bien con cualquier calzado. ¿Otra enseñanza para la vida?



Cuidando al estomago.

Existe la felicidad del alma, pero también la del estómago. Fíjate en la barra de pan diseñada con una frase de ánimo al club local, en las lonchas de jamón que parecen filetes de primera categoría y en la navaja de Albacete con madera de olivo. Todo creado para la satisfacción del cuerpo. Peregrinar es tener hambre y el hambre es la mejor salsa, por lo que peregrinar es la mejor salsa.

Cuando caminas tanto y estás tan hambriento cualquier comida te parece un manjar. En este caso decidimos hacer una parada en un pueblo de Navarra y comer a las puertas de una iglesia. Estuvimos una hora comiendo y hablando de nuestras cosas. Mis compañeros eran de Brasil, Mexico y Estados Unidos. Difícilmente puedo imaginar mayor entretenimiento y satisfacción.



Las entrañas de la tierra.

Estando en Castrojeriz tuve la inmensa suerte de hospedarme en un albergue que me pareció un cuento de hadas. El albergue en realidad era una antiquísima casa de pueblo en la vía principal. Más tarde he leído que pueblos como Castrojeriz fueron levantados o urbanizados siguiendo el trazado del Camino De Santiago, por esa razón en este pueblo hay dos calles principales que transcurren en paralelo. Si no has visitado Castrojeriz te recomiendo encarecidamente que lo hagas.

Volviendo al asunto. Este albergue/casa de pueblo estaba aprovechado en toda su longitud y tenía varios niveles, se sentía como un laberinto. El dueño me dijo que había sido la casa del panadero del pueblo. Esta foto que os muestro es el acceso a la bodega en la parte subterránea de la casa. Lo gracioso de esta bodega es que era una capilla improvisada. Sí, había habilitado una capilla con su altar en lo más profundo de la bodega. No es difícil hacer el símil con las catacumbas de los primeros cristianos o con las referencias antiquísimas sobre el vientre materno en las profundidades de la tierra/madre. Pura significación.



El descanso del peregrino.

Por si fuera poco, en el mismo albergue que os comenté en la anterior foto tuve la maravillosa suerte de encontrarme con dos gatos caseros que campaban a sus anchas por todo el albergue. Fíjate en su pelaje blanco grisáceo, no podían ser más suaves. Además eran muy cariñosos y no es de extrañar pues estaban acostumbrados a la visita constante de peregrinos todos los días. Aquí estaba cenando y ellos se acercaron a mi cama para entretenerse y ronronear. También sé que vinieron a mi habitación porque teníamos la calefacción puesta al máximo... son muy listos y buscan la comodidad como cualquiera de nosotros.

Siento una especial cariño por los animales. Considero que lo interesante de los animales es que son como nosotros pero ven las cosas de diferente manera. Es decir, en cierta manera cada especie de animal (incluidos nosotros) somos esencialmente una manera única de ver el cosmos. Por eso me gusta observarles para analizar qué hacen con la esperanza de llegar a comprender su punto de vista sobre el universo que les rodea.



La Meseta.

El Camino Frances es muy largo y luego está La Meseta. Podríamos decir que esta extensión es lo que está entre poco antes de entrar a la ciudad de Burgos hasta poco después de salir de la ciudad de León. Hay quien dice que el Camino Francés está ideado para elevar el espíritu y que está formado por tres partes bien diferenciadas. La parte corporal desde Roncesvalles hasta La Meseta, la parte espiritual es La Meseta, la parte emocional sería desde La Meseta hasta Santiago y finalmente el renacimiento que correspondería con el tramo desde Santiago hasta Finisterre/Muxía, es decir, el epílogo.

Pues bien, La Meseta es eminentemente llana. Plana hasta la nausea. En este tramo de más de 300 kilómetros vas a ver solo tres cosas: El cielo, el suelo que pisas y tu cuerpo. Un cielo inmenso, una tierra inmensa y una mente (la tuya) infinita e inquietante. También vas a ver los atardeceres/amaneceres más preciosos que hayas observado y vas a tener tiempo infinito para conversar con otros peregrinos (y contigo mismo) sin tener que mirar al suelo para no tropezar.



Detalles de otros tiempos.

Hubo un tiempo en que los vecinos hablaban entre ellos y para hacerlo llamaban a las puertas. Antes incluso de que hubiese timbres eléctricos lo que podíamos encontrar era un mecanismo de metal articulado que hacía un golpe seco con otra parte de metal. Esa otra parte de metal estaba incrustada en una solida puerta de madera, por lo que cuando activabas el mecanismo, la vibración generada en el metal era amplificada en toda la estancia gracias a la puerta de madera que hacía de altavoz. Estas eran las "notificaciones" de aviso en las sociedades que hemos dejado atrás.

También tengo entendido que en los pueblos estaba establecido un código de comunicación creado para usarse exclusivamente con las campanas de la iglesia. De tal manera todos los vecinos estaban avisados de si llegaba una tormenta, había fuego en el pueblo, había alguna razón importante para reunirse y lo que es más inquietante, si algún vecino había muerto. Hemos dejado un mundo atrás y ni nos hemos despedido.



No es dónde, sino con quién.

Al final todo es con quién. Con quién hablas, con quién comes o con quién convives. Esto no es un misterio. Lo difícil es darse cuenta de que ese quién que está a tu lado no es quien te conviene. Tampoco se suele decir que estar solo también es estar acompañado y a veces ese tú que te acompaña tampoco es una buena compañía. El Camino es una experiencia acelerada en todas las facetas de la vida. Te enseña quién eres tú, con quién te llevas bien y durante cuánto tiempo.

En este caso iba (bien) acompañado por dos peregrinos de camino a Finisterre. Rafa era un chico lleno de entusiasmo que había dejado recientemente su trabajo y estaba tratando de poner orden en su vida. Anders era un ser espiritual que también se estaba replanteando su vida y pretendía irse a Estados Unidos a continuar su Camino haciendo una ruta de largo recorrido por los Montes Apalaches. Les deseo lo mejor. Y también me lo deseo a mí... mi eterna compañía.

Camino Franco  

 /Crónica /Mapa /Fotografía