El Camino Francés a la luz de la Teoría de la Desintegración Positiva.

11/18/2023

Nuestro querido Camino ha sido palco de interpretaciones metafóricas sobre el desarrollo humano de lo más variopintas. Recientemente, he estado interesado por una teoría psicológica que tiene muchos puntos en común con numerosas corrientes místicas y, por supuesto, con el archiconocido mito platónico de la caverna. Las buenas teorías nunca desaparecen, solo se transforman. En este caso en un lenguaje mejor adaptado a las formas y usos del ciudadano occidental del último siglo. Kazimierz Dabrowski (1902-1980) fue un psicólogo polaco del Siglo XX que proponía una interpretación del desarrollo humano poniendo el énfasis en los procesos de desintegración de la psique desde una óptica constructiva no patológica. La Teoría de la Desintegración Positiva (TDP) nos presenta un escenario de cinco niveles a modo de escalera que transita desde una integración del individuo en los condicionantes biológico-ambientales hasta la realización plena de la personalidad basada en su autenticidad. El Camino Francés ,tal y como lo realizamos hoy en día, se presta a una interpretación bajo la TDP localizando su punto de partida en Saint Jean Pie de Port y su meta en Santiago de Compostela. A continuación, voy a hacer una presentación en un formato de relato novelado exponiendo los niveles de la TDP a través de las principales partes del Camino Francés. No pretendo ser exhaustivo sino únicamente poner el foco en una comprensión general del proceso de una manera amena. Para ello lanzaré a nuestro peregrino imaginario a situaciones que ejemplifican cada nivel. Si te interesa conocer más en profundidad la TDP te animo a visitar los enlaces que encontrarás al final del artículo. ¡Es hora de ponerse a caminar!

- Integración primaria

En esta fase nuestro peregrino no sabe todavía que hará el Camino. Vive feliz y contento integrado en su comunidad. Su día a día fluye con naturalidad sin mayores tensiones internas ni externas. Es estimado por sus iguales y siente que el mundo que le rodea tiene sentido y le acoge. Bueno... en ocasiones siente una extraña sensación de alienación que le hace pensar si él realmente es él mismo y no únicamente una extensión de su trabajo y familia. Algunas veces, también siente que se mete en bucles tóxicos sin ninguna razón aparente. Pero las aguas nunca tardan en volver a su cauce. Estos pensamientos rápidamente son olvidados pues no van a ninguna parte, ¡son tonterías! Nadie en su entorno está preocupado por él (¿por qué debería preocuparse si nadie está preocupado?) No hay nada que no se solucione yendo al cine con su mujer o con una tarde de cervezas en buena compañía. La vida es muy sencilla, únicamente hay que disfrutar de las pequeñas cosas. No entiende por qué hay gente que se empeña en complicarse la vida.

- Desintegración Mononivel

Nuestro inminente peregrino es cruelmente abandonado sin previo aviso. ¿Quién se podía imaginar que su mujer le había estado engañando con su mejor amigo durante los últimos tres años? Profundamente desconcertado se pregunta: ¿Será que soy muy feo?, ¿quizás es que no soy rico como el otro?... ¿Cómo me ha podido traicionar de esta manera? ¿Por qué el mundo es tan injusto? ¡Muerte al matrimonio! ¡La sociedad apesta y mis amigos también!, ¡son incapaces de comprenderme! ¡Definitivamente, el mundo se ha vuelto loco! Nuestro peregrino ha oido hablar del Camino Francés: ¿por qué no?, ¿qué puede perder? Quizás allí encuentre un sentido al sinsentido, o eso dicen...

Las primeras etapas por los Pirineos son de una dureza sin igual. En su cabeza solo hay dos pensamientos: odio y dolor de piernas. Pero nuestro peregrino también encuentra otros peregrinos con historias similares y sus dudas se ven confirmadas: ¡el mundo es un lugar infecto lleno de injusticias! Menos mal que ahora ha encontrado a gente que le entiende porque a este ritmo podía acabar deprimido o algo peor, las sombras acechan. Incluso ha conocido a Natalia, una peregrina con la que ha compartido algunas confidencias y siente cierta sintonía, ¿quién sabe?...

Las etapas se suceden una tras otra entre conversaciones profundas, certezas, grandes risotadas y profundos bajones. No puede olvidarse de la situación que ha dejado en casa, provocándole una hiriente tristeza. Por si esto fuera poco, las llamadas por teléfono con su mujer acaban en violentas discusiones. ¿Las certezas que comienza a vislumbrar serán reales o fruto de su mente perturbada? A pesar de esta situación de incertidumbre, la profunda amistad y fugaces intimidades con la dulce peregrina que conoció hace una semana le hacen olvidar los sinsabores de su vida presente. Nuestro entusiasmado peregrino piensa que quizás haya encontrado en Natalia a su verdadero amor. Ella sí que le comprende de verdad, no la víbora de su mujer.

La vida de nuestro peregrinito se ha convertido en un verdadero torrente de emociones dispersas imposibles de contener. No son pocas las veces que en un mismo día llora amargamente y siente una profunda alegría. “¿Qué me está ocurriendo?”, piensa todos los días al irse a la cama.

- Desintegración Multinivel Espontánea

Burgos tiene una catedral hermosa y sus calles le hacen a uno imaginar cómo sería la vida allí en la Edad Media; tiempos rudos alejados de las comodidades de nuestros días. Nuestro peregrino necesita darse un homenaje, ¡se lo ha ganado! Con un poco de vergüenza decide invitar a Natalia a una cena en un elegante restaurante con la intención de olvidar los rigores de las últimas etapas y disfrutar de su dulce compañía. ¡Una cena íntima con Natalia! ¡No puede estar más feliz nuestro peregrinito! En un momento de plena esperanza en el futuro decide llamar a su mujer con la firme decisión de acabar con su matrimonio. Él ahora también tiene un nuevo amor,. No la necesita, se puede ir con el otro. ¡Que se pudran! Y nuestro peregrino aprovecha esa llamada para reafirmarse echándola en cara todo aquello que había guardado secretamente durante años. No hay tiempo que perder. Esta tarde le espera su nuevo y eterno amor. ¡Qué fácil es todo cuando alguien te ama!

Raudo y veloz debe volver al albergue para darse una ducha y prepararse para la cena. La llamada a su mujer le ha entretenido más de la cuenta. A paso ligero cruza calles, carreteras y plazas hasta que una visión espeluznante le sorprende en una cafetería cerca del albergue. Sus ojos se deshacen, el corazón se para y la sangre se hiela. Natalia está allí besándose tiernamente con otro como si nada pasase, como si no fuese consciente del amor puro que él, nuestro peregrinito, la profesa. Pero hay algo si cabe aún más perturbador. El chico con el que Natalia está es aquel peregrino pretencioso de las botas de marca y el peinado siempre impoluto. Nuestro peregrino se maldice: !Qué vergüenza me tengo! ¿Cómo he podido tropezar en la misma piedra? ¿Cómo he podido confiar en ella? ¿Por qué me ha sucedido esto? ¿Qué está pasando con mi vida? Más tarde, sin Natalia saberse vista, acude a la cena como si nada hubiese sucedido. Ella es ajena a este drama de nuestro dolido peregrino. La cena transcurre con normalidad, los dos son amables el uno con el otro aunque en el fuero interno nuestro peregrino está vacío. No siente ya ira ni odio, tampoco celos ni deseos de venganza, simplemente se siente profundamente derrotado. “Esto debe tener algún sentido...”, piensa nuestro abatido peregrino.

Al día siguiente decide quedarse una noche más en el albergue para digerir su nueva situación. Ha decidido desligarse del gran grupo de peregrinos que le acompañaban desde Roncesvalles y dolorosamente dejar ir a Natalia. Su peregrinaje entra en una nueva fase de soledad y reflexión. Ya no camina con nadie, ya no espera nada y se ve a sí mismo como una rata de laboratorio sometida a mil y una tropelías como si de un experimento científico se tratase.

Desde Burgos hasta León nuestro peregrino camina como alma en pena por La Meseta. Solo, sin mujer ni amor, sin amigos ni esperanza. Pero algo dentro de él le va mostrando poco a poco que al final todo esto debe tener algún sentido. Quizás él no haya tomado las elecciones correctas ni haya estado allí donde debería. Quizás se lo tenga merecido y todas estas desgracias no hayan sido más que la consecuencia lógica de haber estado desubicado. Nuestro peregrino reflexiona: ¿Quién soy yo? ¿Puedo ser mejor persona? ¿Me he tratado como debería? ¿Realmente han sido malas Natalia y mi exmujer? ¿Cuál es mi lugar en este mundo?

En el fondo, esta lenta cadencia del caminar por La Meseta le está ayudando a centrarse en lo realmente importante. De vez en cuando coincide con algún peregrino solitario que parece portar una luz de esperanza y recogimiento. ¿De dónde vendrá esa preciada paz interior? Él ya sabe que hay un tren que le llevaría directamente a León y le evitaría estas largas rectas sin mayor aliciente paisajístico que unos maravillosos atardeceres. Pero, ¿qué más da estar aquí o allá? A fin de cuentas sus problemas están allí donde él se encuentre. No puede escapar de sí mismo y estas largas etapas, donde la única dificultad es poner un pié detrás de otro, le permiten holgadamente estar enfrascado en sus pensamientos. La desolación también puede ser secretamente deliciosa. ¡Qué extraño sentimiento!

- Desintegración Multinivel Organizada

Ni se había dado cuenta nuestro peregrino pero ya casi estaba en León. Toda la Meseta quedaba atrás y nuestro querido peregrino estaba sumido en un estado de gloriosa estupefacción recordando como una alucinación las interminables rectas, los vientos abrumadores y los momentos de desolación que había dejado atrás. Bien dicen algunos que La Meseta es la parte más espiritual del Camino, ¡pero a qué precio! Por momentos había deseado dejarse hundir en sus lúgubres pensamientos como si de arenas movedizas se tratase. Su mente había entrado en un estado de suspensión del juicio y ya poco le importaba su mujer, la agridulce Natalia y hasta su propia vida.

Pero si había algo que le irritaba sobremanera de una forma completamente inesperada eran sus malditas gafas de pasta de proporciones absurdas ¿Cómo llegó a comprarse esos horrendos anteojos? ¿En qué estaría pensando? Nunca se había fijado con detenimiento en la cara de tonto que le hacían, aunque en realidad hace tiempo que sospechaba que no eran de su estilo. Así que esa misma tarde se fue a dar un paseo por León mirando escaparates de ópticas en busca de unas gafas más acordes a su personalidad, ¿pero cual era su personalidad? Confundido en sus pensamientos volvió al albergue para, nada más abrir la puerta, darse de bruces con todo el grupo del que se había separado en Burgos, incluida la involuntaria traidora llamada Natalia. No se podía sentir más ajeno a ese grupo y dos semanas de soledad e introspección le habían enseñado que estar solo no es tan mala idea. Ni corto ni perezoso les deslizó una excusa poco creíble para no salir con ellos por la noche. Nuestro renacido peregrino se preguntaba: ¿Cómo me puedo deshacer de este grupo?. Maldita la hora que decidieron quedarse un día más en León. Las muestras de amistad del grupo contrastaban con su sentimiento de suficiencia, ajeno completamente al ambiente festivo comunitario. Natalia estaba con su nuevo amor de las botas de marca y el ridículo peinado con tupé, pero a nuestro peregrino casi hasta le parecía una bendición no haber acabado con Natalia. ¿Qué estaba pensando cuando la conoció? Natalia le parecía ahora igual que sus gafas: vistosas pero carentes de personalidad. Al final no hay mal que por bien no venga, o eso dicen...Una sensación de alivio le recorrió el cuerpo. Sentía que una nueva fuerza interna recorría su alma. Ya no era una explosión de emoción como otras veces, se parecía más a una sutil energía que le marcaba el camino a seguir entre la oscuridad. Ahora ya tenía dos objetivos en su vida: seguir esa extraña luz que le llamaba y deshacerse de las horrendas gafas que le hacían sentir un idiota integral.

La casualidad dio con que nuestro decidido peregrino conociese en Foncebadón a un gran caminante que decía haber hecho el Camino unas catorce veces. ¡Dios mío! ¿Es eso posible? Se fueron a un bar a tomar un café y escuchando con atención sus aventuras se le empezó a calentar la cabeza pensando que quizá fuese una buena idea cambiar ligeramente el rumbo de su peregrinación y aventurarse por el Camino de Invierno. Este gran caminante le confesó que a partir de Ponferrada el Camino se volvía a llenar de nuevos peregrinos y que el ambiente distaría bastante de lo que había vivido en La Meseta. Nuestro aventurero peregrino recordaba que cuando era pequeño le encantaba la Historia y más concretamente la Historia de Roma. Por lo que le había contado ese gran caminante, había un lugar maravilloso en el Camino de Invierno llamado `Las Medulas ́ donde todavía se podía observar de qué manera los romanos extraían oro de esas imponentes montañas. Montañas, oro, romanos y aventura. ¿Qué más se podía pedir? ¡Al cuerno con el Camino Frances! Como si de un juego de magia se tratase, nuestro decidido peregrino se había adueñado del Camino Francés transmutándolo en su Camino Personal.

A nuestro peregrino ahora mismo le importaban un pimiento su mujer, la vistosa Natalia, el Camino Francés e incluso sus repelentes gafas. Bastante tenía con conseguir encontrar un albergue abierto, una pequeña tienda de comestibles o esa perdida taberna solitaria donde poder tomarse un café caliente a las ocho de la mañana. Por primera vez en su vida nuestro querido peregrino empezaba a sentirse satisfecho consigo mismo. Haber recorrido Las Medulas al atardecer había sido posiblemente la experiencia más profunda de su vida. Hacía muchas décadas que había enterrado sus sueños de estudiar Historia y ahí estaba él... ¡Fantaseando con volver a la Universidad! Sus amigos y familiares iban a pensar que se había vuelto completamente loco y tenían razón ¡Loco por vivir!

- Integración Secundaria

Aquí está nuestro peregrinito observando la Catedral de Santiago con una lagrimita deslizándose por sus mejillas y con la carita toda roja de emoción. Se pregunta cómo es posible que la vida guarde tantos secretos y esté llena de una energía tan profunda de gratitud. Ahora es capaz de comprender que su matrimonio estaba condenado desde el primer día, que Natalia no era más que la viva imagen de su exmujer, que sus amigos en realidad eran solo conocidos y que compró aquellas malditas gafas con la esperanza de parecerse al actor de moda de su adolescencia. Su vida había sido una farsa y toda su energía vital la había malgastado en esforzarse por, en un intento vano, ser aceptado y admirado. Un escalofrío le recorrió el cuerpo al darse cuenta que se había convertido en un clon de sus padres debido únicamente a su propia incapacidad para ver dentro de sí mismo. “A partir de ahora seré yo quien dirija el curso de mi vida”, afirmó hacia sus adentros.

Esta última tarde la dedicó íntegramente a pasear bajo la lluvia de Santiago. Nuestro satisfecho peregrino podía sentir su cuerpo relajado y su mente en paz. Caminando sin rumbo ni expectativas mirando los escaparates luminosos se sorprendió a sí mismo deteniendo su mirada maravillada en unas humildes gafas expuestas en un anticuario. Quién le iba a decir a él que, de forma completamente casual, iba a encontrar las gafas que secretamente había estado buscando toda su vida en un humilde anticuario de la lluviosa y siempre misteriosa Santiago de Compostela.

“No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”, decía sabiamente Séneca.

- Bibliografía:

Positive Disintegration - Wikipedia

Theory of Positive Disintegration - An Overview and Archive (William Tillier)